La fisioterapia dermatofuncional es la rama de la fisioterapia encargada de la prevención, promoción y rehabilitación del sistema tegumentario. Trata la piel como un todo e intenta restaurar, no solo la estética, sino que va más allá buscando la reparación de la función y con ello la mejora del bienestar y calidad de vida de los pacientes.
La fisioterapia dermatofuncional se puede aplicar en:
La flacidez de piel y músculos, que puede ser consecuencia del envejecimiento natural donde se pierde masa muscular y es sustituida por tejido graso es otro de los campos de actuación de la fisioterapia dermatofuncional. Se asocia además a un adelgazamiento excesivo o al sedentarismo. El tratamiento se realiza mediante:
Las cicatrices son una alteración permanente de la piel debida a un daño ocasionado en la misma, que puede ser consecuencia de accidentes, quemaduras, o cirugias.
Pueden ocasionar cicatrices dolorosas que se pueden adherir al tejido profundo y que podemos tratar mediante diferentes técnicas de terapia manual, combinándolas con electroterapia.
Tratamos cicatrices derivadas de intervenciones quirúrgicas de cualquier tipo, como por ejemplo:
También trabajamos sobre las cicatrices hipertróficas o queloides. La diferencia entre ambos tipos de cicatriz es que mientras que en las cicatrices hipertróficas ocurre dentro de los límites de la lesión, en el queloide los sobrepasa y puede ocasionar sensación de prurito o quemazón.
Es la acumulación de líquidos y proteínas en el espacio intersticial por cambios propios del sistema linfático, retirada de ganglios linfáticos, radioterapia, infecciones, enfermedades neoplásicas o traumas. Las técnicas empleadas son:
Las técnicas empleadas por el fisioterapeuta dermatofuncional se pueden clasificar en técnicas de electroterapia y manuales.
Utiliza los principios de la corriente de alta frecuencia para llegar a la dermis profunda, consiguiendo restablecer la producción de colágeno. La resistencia ofrecida por el cuerpo genera un calor profundo que eleva la temperatura entre 3 y 5 grados lo que favorece la disolución de la grasa localizada y reafirmar los tejidos. Con ello mejora la microcirculación local, la nutrición celular y con ello la formación de colágeno y elastina. También favorece el drenaje linfático, reduciendo los edemas y mejorando la circulación.
La presoterapia es una técnica de tratamiento en la que se aplica una fuerza mecánica para incrementar la presión de ciertos tejidos (venosa, arterial y del sistema linfático), generando la acción similar a un drenaje linfático, de esta manera se busca controlar problemas presentes en el sistema circulatorio.
La presoterapia tiene diversos efectos y beneficios entre ellos mejorar la circulación, al aumentar la presión hidrostática en el espacio intersticial fuera de los vasos sanguíneos y linfáticos desde los vasos distales a proximales, el líquido acumulado (sustancias tóxicas, de desecho y grasa) se desplaza para su correcta filtración y próxima expulsión.
Esta técnica también es de gran ayuda para romper los acúmulos de grasa (celulitis), lograr un mejor tono muscular y estimular el sistema inmunológico.
La técnica de presoterapia está indicada en problemas de retención de líquidos, edemas, linfedemas, celulitis, tratamientos relacionados a la obesidad y en cirugías post-operatorias del área estética como la liposucción o mastectomía.
La presión que se ejerce en la zona masajeada favorece la liberación de sustancias vasoactivas y relajación. Mejora el flujo sanguíneo, linfático, mejora la oxigenación de la piel, la nutrición y la eliminación de productos de desecho. Además mejora el tono de la piel.
Es un masaje muy superficial en el que, mediante la aplicación de determinadas técnicas manuales, se pretende actuar sobre la circulación más superficial del cuerpo, la linfática. Está indicado para edemas y en el postoperatorio inmediato de cirugía estética. Es especialmente importante en la cirugía ya que durante la misma se dañan los vasos linfáticos (laceración o compresión de estos) y en consecuencia se puede desarrollar un edema. Mediante el drenaje se pueden eliminar los líquidos excedentes que pueden llegar a generar dolor, disminución de la sensibilidad cutánea y malestar general. Esta técnica se puede empezar a utilizar en el posoperatorio inmediato de forma muy suave (30-40 mmHg) y lenta (unas 12 veces/minuto) para no interferir sobre la fase de cicatrización.
Consiste en una serie de masajes que consisten en aplicar tensiones mecánicas sobre el tejido conectivo que llegarán hasta la dermis y favorecerá que el colágeno se organice de forma más natural y elástica. Sirve para prevenir la formación de fibrosis y adherencias, para tonificar el cuerpo, minimizar la retención de líquidos, tratar la grasa localizada, y estimular la producción de elastina. Además de ofrecer resultados y sensaciones únicas. Los instrumentos utilizados para su aplicación son de madera. Vienen en diferentes tamaños y formas para ajustarse a todas las zonas del cuerpo.